Seré honesto, no voy a desear lo mejor para nadie. Porque puedo tener la mejor de las intenciones pero igual puede terminar siendo un año de mierda... Las buenas intenciones a veces resultan fútiles. Pero no quiero pecar de pesimista.
Es que estar vivo es un peligro, porque siempre exige algo... porque hay incertidumbres y certezas, hay frio y calor, porque hay dolores que carcomen el alma y alegrías que llenan el corazón. De todo esto y más estuvieron, están y estarán los tiempos venideros.
Yo sólo me he detenido en este preciso instante del tiempo y espacio para manifestar mi satisfacción y alegría de conocer a tanta gente interesante y buena y saber más de aquellos que han recorrido conmigo un trazo del camino de la vida. Dense por aludidos.
No haré promesas de ningún tipo, porque no me gusta llenarme la boca con cosas que tal vez no pueda cumplir. Pero queda mis acciones y el riesgo de contar con éste, aquel que escribe.
Y si estoy más distraído que de costumbre, si me voy a islas a tierra de nadie cuando me necesites, prueba lanzando cometas al cielo o envía una botella con mensajes urgentes. No te sorprendas si llego de pronto en un galeón invisible. Es que puede que este lejos o puede que no. Pero bueno, estamos vivos, y la incertidumbre en cada esquina. Y eso es tan bueno y malo.
Pero digamos que hoy es bueno, digamos que es bueno porque esas incertidumbres, esas desiciones inimaginables de años, meses y días llevaron mis túneles hacia ti. Y ha valido la pena.
Gracias por todo.
Nos vemos el 2010.
atte.
Pabloncho zarpando a los mares infinitos del sur.
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