Anoche tuve un sueño tan extraño, soñé que tenia un amigo, un buen amigo, que trabajamos en un proyecto pero que teníamos el tiempo en contra. Hicimos lo que pudimos, trabajando 32 horas casi sin parar, pero yo me rendi, no pude hacer la conclusión final. Acongojado saboree la derrota y el remordimiento de fallarle a mi amigo. Cuando vuelvo a mi pieza encuentro un sobre con una nota dentro, diciéndome que no me preocupe por nada, que el resumen esta hecho y que todo esta bien. Me alegro, y salgo rápidamente del lugar con la intención de agradecer, sólo alcanzo a ver una sonrisa y una mano que extiende el pulgar como señal de que todo esta bien. No alcanzo a ver rostros cuando la mañana me sacude hasta las entrañas... el brillo matutino se deja caer en mi habitación, y me levanto para empezar la rutina de otro día. Sin querer olvido todo lo vivido esa noche... y vivo la rutina más desganado que de costumbre. Sólo a momentos de volver a los mundos de Morfeo vuelvo a tener una pizca de lucidez y recuerdo lo vivido.
Pero todo queda en eso, en un sueño. Aún vivo con la incertidumbre de la amistad en todo caso, tal vez deba de una vez tomar la visión de mi sangre, pesimista y seria, pero también real y precavida. Y no soñar con lo realmente no existe. Son simplemente ilusiones o espejismos, que más da. Pero se puede vivir con eso, con el cuidado de no pagar con la misma moneda. A los demás.
Me gusta ese sentimiento de independencia que nace dentro de mí, que es diferente al malogrado individualismo imperante en la actualidad y que lo veo impregnado en casi todo el mundo que conozco de un tiempo a esta parte. Sólo espero que eso no se vuelva nunca parte de mi esencia...