Acabo de ver El Extraño Caso de Benjamin Button de David Fincher y me agradó bastante, por un lado porque salen dos minas que me gustan y porque extrañamente (Cate Blanchett y Tilda Swinton), aunque no se parecen yo les encuentro un parecido inmenso, una cosa de personalidad tal vez...
Me pareció muy interesante mirar la perspectiva de la vida en forma inversa, sin duda sería una vida muy solitaria, dolorosa. No me gustaría ser Benjamín Button. El caso es que a veces me planteo la posibilidad inversa, la verdad desde hace años me la planteo, ¿Qué pasa con esas personas que quizás nacieron con un alma que gira en dirección opuesta a las agujas del reloj? Almas viejas en niños... almas infantiles en ancianos... Sería doloroso de todas formas... sólo que menos visible, porque el alma nadie la ve. La soledad sería la misma y los temores realmente incomprensibles para el resto, porque son otros. Nacer con sabiduría en la infancia, obtenerla no por la experiencia, sino por el conocimiento inminente de algo trascendental, con el que se nace. Y mientras crecemos la vamos perdiendo, olvidando, por hacer espacio a lo que nos enseña la experiencia.
Que terrible que abominable sería crecer perder todo el conocimiento que traías y volverse uno inmaduro, necio, fútil... Nadie lo vería, la desesperación de no entender las normas y reglas de un mundo que sigue avanzando y en el cual uno se pierde.
Pero bueno... sólo yo en mis delirios veo esa posibilidad, pero el mundo es un lugar inmenso... y uno nunca sabe que puede llegar a encontrar..
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