Justo cuando el mundo (no tu mundo) no te es agradable e intentas, cuando anochece. llegar a casa, tomar un té, comer algo, ¡yo que sé!. Justo cuando anhelas eso... eso no ocurre... En casa sólo hay una tormenta lenta, repetitiva y furiosa. Lo bueno es que esta ahi, entre cuatro paredes esa cama, en la cual apoyar la cabeza y así perder el conocimiento de este planeta y su desastre.
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