1/06/2007

Anoche no pude dormir. No encontre mejor remedio que conversar con la luna. PEro despues recordé que esta no es más que un satelite lejano y sin vida brillando debilmente gracias al sol. ¿Que caso tiene hablar con un objeto? Inmediatamente me vino a la memoria el Infinito, en lo que creí desde pequeño. Asi la luna solo se convierte en testigo de mis conversaciones con el Infinito. El dialogo giros entre cavilaciones, resoluciones, ideas y expresión de emociones que solo se dan pocas veces en la vida. Y asi la noche avanza y yo sigo hablando de todo lo que ha pasado en 20 años. No es poco. No es fácil. A veces la memoria es demasiado frágil. Pero sigo ahi con esa luz tenue con una sonrisa que nadie ve, con palabras que no nadie oye. Solo yo, la luna, 4 paredes y el Infinito en todas partes atento oyendo tal vez mi voz como una plegaria en deuda.

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