3/09/2009

Que temor me embarga cuando sé que alguien me conoce tan bien como para conocer mis mentiras. O quizás a medido que pasan los años ya no se mentir. He estado un poco apagado estos días, algo incómodo. Pero como dijo mi buen amigo Greco, son estados circunstanciales, nada serio. La verdad es que me tocaron estas certezas, estas incertidumbres, ese sentido de trascendencia que me hacen sentir tan alejado del común. Dudando si soy un viejo o un enano encerrado en un cuerpo de carne de veintidos años...
Algo he venido pensando esta noche camino a casa... Las situaciones cambian, las personas y todo se mueve en un remolino que no puede parar, nunca quedará detenido en el momento que queremes. Pero las ideas estan, las ideas permanecen, los seres humanos perecen y cambian inevitablemente pero las ideas permanecen. Voy a seguir esta línea desde ahora, el de las ideas, los libros y la belleza de pensar. Haciéndome a la idea de que juicios me vendrán encima pero ¿quien esta libre de eso?...
No dejaré al lado a las personas, no desequilibraré la balanza, el caso que las ideas y las personas no son incompatibles. Creeré que las ideas me harán mas fuerte. Creeré que más temprano que tarde encuentre aquello que llaman gracia. Ya no tengo nada que perder. Que empiece la función.

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