7/25/2009

La vida es cómo un teatro


Ya tengo 23 años. Ha comenzado por lo tanto un nuevo acto en mi vida. No tengo idea de cuantas escenas tendrá. No se si llevaré la cuenta. Sólo sé que el escenario continuará con su respectiva cinética, los actores saldrán cuando las luces se enciendan e interpretarán su papel exactamente como deben dejando a la vista más de alguna sorpresa que puede ser positiva o negativa aunque tal vez ni siquiera represente una dualidad, puede que sea algo más. Posiblemente seguiré siendo meramente un observador más que un actor de la misma y puede que más de una escena me parezca absurda y vulgar y me retire del teatro de la vida por un tiempo y que vuelva cuando el vértigo se desvanezca dentro de mí.
Sin embargo, a pesar de todo, me siento tranquilo, extrañamente tranquilo pero aún no quiero volver al teatro, quiero una semana para mí en la manera de que sea posible y ser sólo yo el protagonista y gestor de una escena en que reine el silencio y sólo un foco encendido alumbrando lo que hago, lo que leo, lo que hablo (al espejo) en fin. Antes de que el misterio se pierda entre el ruido y las voces metálicas de conversaciones sin sentido, ajenas a mi existencia y mundo.

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