12/11/2008

Fatalidades y esfuerzos

La fatalidad es algo que no me puedo sacar del alma. Es algo tan internalizado, tan fusionado con mi alma que no se si algún día pueda llegar a deshacerme de ella. Don Pancho un buen compañero de vivencias y rutinas me ha dicho que la vida es muy corta como para desperdiciarlas en cavilaciones. Tiene razón... Pero no importa que uno sepa algo, el cambio es otra cosa, algo más dificil de hacer, es la acción, más que una mera forma de razonamiento.
Que gran falacia es esa que dice que el esfuerzo que uno le pone a algo tiene sus frutos. Suena lógico. Para mi es una mentira más de las miles que abundan en las bocas de las personas. Creo que el esforzarse en algo, para lo único que sirve es para quitarse el remordimiento latente de no haber dado lo máximo que pudo (en caso de que no se haya dado lo mejor de sí). Pero el esfuerzo no se retribuye jamás cómo anhela o lo requiere. No hay lógica. Se albergan más incertidumbres en el alma, en la mía al menos. Es que me pongo a pesar que todo tiene su trasfondo, que no hay nada al azar, que todo tiene su propósito, pero uno no puede dislumbrarlo o intentar hacer es al menos caótico. Porque es vincular causas y consecuencias incongruentes. Cuya unico nexo sería la vida misma de un ser humano. Es poco menos que un caso de serendipia, de hallar algo que no se esperaba encontrar. Esto uno sólo lo puede hacer con su propia vida. Lo demás es tarea de Dios. Pero incluso este trabajo unipersonal es arduo, incomprensible y lleno de autoengaños.
Bueno, mejor me callo, siento que me caído de bruces y que la boca se me ha llenado de tierra. Asi no puedo hablar.

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