11/10/2009

Los ochenta...

Voy a retomar el escribir aquí ahora que el dolor de rodilla no me deja tranquilo. Quiero plasmar en tinta cibernética cosas del pasado, de la niñez del momento y lugar donde era feliz.
Es que viendo la serie Los Ochente del canal 13 no he podido evitar transladarme al pasado y recordar un montón de detalles que habian permanecido latentes en mi cabeza... recuerdos geniales de una ciudad que era maravillosa a mis ojos. Es cierto que no viví los ochenta en su principal apogeo, pero el comienzo de los noventa fue algo similar culturalmente. Como olvidar a esas señoras con hombreras extrañas, aquellas micros de colores, los fuegos artificales de la torre entel en año nuevo. En fin tantas cosas, tantos detalles inborrables. Me gusta tener ese contenido plasmado en mi cerebro. La vida en estos momentos era un sueño, de inocencia y juegos. A pesar de que pasan tantas cosas en aquellos tiempos. Fatalidades sociales y culturales que uno siendo niño no nota.
Me da nostalgia cuando recuerdo aquella noche de algún mes del 1993 donde el sueño se rompió y la vida se volvio más real y solitaria como nunca. La belleza de sentir se acabó para dar pasó a un tiempo de reflexión que aún perdura. Un proceso de adaptación que continua. Fue el momento en que me volvi un extraño en el planeta y sus costumbres. Pero a pesar de todo, agradezco esa época feliz, que nadie podrá arrebatarme. Esos dias de pasto y concreto, de luz y risas. Donde la música y el aroma pintura fresca eran pan de cada día.

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