6/09/2009

Hoy me entere de una noticia triste. Mi profesor de mapudungun murió. No lo conocí muy bien, sólo asistió a un par de clases antes de que partiera de viaje a Temuko y se enfermara gravemente. Es extraño saber que no vas a volver a ver a alguien. No en el dinámico presente, sólo quedará la memoria y el recuerdo de lo que fue. Wenceslao tenía una sabiduría, esa sabiduría que tiene toda la gente mayor. Que casi nadie nota pero que esta latente en casi todos ellos. La gente mayor tiene tanto que entregar y los adultos los toman como seniles, personas en decadencia que saben poco. Ya no se respeta a los abuelos en tiempos donde el culto a la juventud eterna y la belleza física esta tan presente en la mayoría de los medios de comunicación masivos. Canones y estructuras de una sociedad más fútil y desechable.
Es una pena saber que el mate que compartiriamos en clases nunca se realizará. No podremos cantar a la luz de luna canciones en aquella lengua legendaria de un pueblo que se niega a extinguirse. Peñi Wenceslao, yo sólo quiero dejar aquí unas palabras, en la madrugada una noche que aún estalla en la frialdad y tinieblas. Sólo para desearte buen viaje, que el Azul te guie hacia Peumayén... quizás en algún otro mundo o universo nos volveremos a encontrar. Hasta siempre.

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