Yo quiero ser voluntario

Hoy he donado sangre, es la segunda vez que lo hago. Me entrevistó una linda tecnóloga médica. Mientras me hacía las preguntas de rigor (sexo, drogas y rock&roll) yo le digo que soy más sano que una lechuga. Ella sonríe, ríe en verdad y mientras caminamos hacia la sala de donantes me hace la pregunta del millón "¿Y tú eres así siempre, tan feliz?". Yo solo muestro una sonrisa que ella no ve y digo sí aunque muy débilmente. Luego se despide de mi con una alegría que contagia. Me quedo pensando en ella y en sus palabras mucho tiempo. Me comienzan a sacar sangre y yo mientras aprieto una gastada pelota de goma miro como ese liquido vital sale de mi cuerpo y va llenando una pequeña bolsita. Roja, casi morada mi sangre, toco la manguerilla y me sorprende y divierte lo cálida que es la sangre humana (recien salida del cuerpo).